10 de Abril de 2012
Zapata vive, la rebeldía del Pueblo de Chiapas no pudieron derrotarla
Las organizaciones Campesinas, Indígenas y Populares de Chiapas
El campo mexicano es origen de lo que somos y el maíz es la piedra angular de nuestra cultura y nuestra alimentación. Sin embargo en los últimos treinta años el maíz ha estado sujeto a las políticas de estado que lo han condenado a una lenta desaparición en perjuicio de quienes vivimos de él como fuente de trabajo y de alimentación. Por ello hoy por hoy dependemos del extranjero para nuestra alimentación, nuestra soberanía alimentaria hace décadas que desapareció. El abandono del campo es total, han desaparecido las instituciones de investigación agrícola, de financiamiento, de producción y comercialización: Hace años que la inversión en el campo no existe. Los insumos y la tecnología son cada vez inalcanzables. Además , y en una política errónea, que solo beneficia al capital privado, los gobiernos estatal y federal promueven la reconversión productiva para sustituir los cultivos tales como el café, el maíz, frijol, y otros, para introducir plantaciones que producen energía o cítricos para el mercado internacional.
Nuestras tierras, a raíz de la modificación del artículo 27 Constitucional, quedaron a merced del capital privado tanto nacional como extranjero. Por eso actualmente el gobierno ha otorgado 90 concesiones mineras en Chiapas, lo cual significa que alrededor de un millón de hectáreas serán explotadas por estas empresas, principalmente extranjeras, con el consecuente daño a la salud de quienes habitan las áreas concesionadas y la destrucción del medio ambiente. Antes fue la construcción de presas hidroeléctricas que inundaron más de cien mil hectáreas, después el inicio de la explotación petrolera que destruyó la tierra, viviendas y el medio ambiente.
Nos prometieron el desarrollo y el bienestar con esas obras: hoy muchas comunidades carecen de servicio de energía eléctrica y a quienes tenemos nos imponen altas tarifas y políticas abusivas en el cobro. Hace treinta años gritábamos en las calles ¡Chiapas petrolero, el pueblo sin dinero! Hoy ¿qué reclamaremos? Seguimos sin dinero, el campo está desolado, nuestros productos no tienen buenos precios, el estado mexicano no ha abandonado y se ha entregado en los brazos del capital internacional, a través del Tratado de Libre Comercio que los priístas firmaron con Estados Unidos y Canadá y que los panistas avalan, profundizan y garantizan. Mientras, cada año miles de chiapanecos tienen que emigrar a los Estados Unidos, poniendo en peligro su propia vida, en busca de trabajo para sobrevivir con sus familias.
En el año 2000 terminaron más de 70 años de gobiernos del PRI en Chiapas y en México. Pensamos que con esto quedaría atrás el régimen aut6oritario, corporativo, represivo y corrupto, mantenido por el partido de estado. Nos equivocamos. Hoy se violan sistemáticamente los derechos humanos, se coartan las libertades políticas, sociales y democráticas. Los luchadores sociales son encarcelados por sus ideas y sus demandas; se criminalizan las ideas y no existe respeto a la militancia de las personas. La división de poderes no existe en estados como Chiapas, en donde la deuda pública se ha incrementado escandalosamente, donde se manejan las finanzas del estado de manera irresponsable, para fines personales y beneficios de grupos afines a quienes gobiernan la entidad. ¡Los diputados son una vergüenza , no sirven para nada y desacreditan el valor de las elecciones! El Poder Judicial se comporta de igual manera; es cómplice y tapadera del uso faccioso de la administración de la justicia, de la ley y de las instituciones encargadas de procurar justicia.
Mientras tanto los problemas fundamentales de nuestro estado no se resuelven, por lo contrario se complican. Ahí están como muestra el caso de los Chimalapas, que se trata como si los comuneros oaxaqueños fuesen nuestros enemigos y no nuestros hermanos indígenas y mexicanos; el de los zapatistas, cuyas causas el Estado mexicano lo evade y omite su atención y solución. Los riesgos de privatización de la propiedad social y de los bienes estratégicos de la nación, que nos pertenecen porque son el resultado de las conquistas por las que murieron alrededor de un millón de mexicanos durante la Revolución. Los derechos de las mujeres, de las minorías, el derecho a la alimentación, a la salud, al trabajo, a la educación, a la vivienda, a la autonomía son los grandes problemas que deberían tener soluciones por parte de quienes hoy gobiernan a Chiapas y a México.
A casi doce años de gobiernos panistas los saldos son negativos. Se profundizó el modelo económico neoliberal y aumentó la pobreza. El papel del estado como garante de los derechos fundamentales de los mexicanos, y en particular de los campesinos e indígenas, se ha abandonado. Programas como Chiapas Solidario, Oportunidades, Ciudades Rurales son políticas diseñadas para distraer a la población con el cuento de que se combate a la pobreza, pero en la práctica son programas que se usan más con fines electorales, para la compra y condicionamiento del voto. ¡Con estas políticas se combate a los pobres y no a la pobreza!
Por todo esto consideramos que la lucha indígena, campesina y popular debe basarse en la defensa de nuestros territorios, de la soberanía y la autosuficiencia alimentaria, contra la criminalización de la migración, la defensa de la madre tierra y la naturaleza, de las libertades políticas y democráticas; por la libertad de todos los presos políticos y por el establecimiento de políticas públicas que den certidumbre y resuelvan con eficacia y honestidad los problemas que enfrentamos los hombres y mujeres del campo, con pleno respeto a nuestra dignidad y nuestros derechos humanos.
Por todo lo antes dicho, hoy 10 de abril, al cumplirse el 93 aniversario del asesinato de Emiliano Zapata Salazar, Jefe del Ejército Libertador del Sur, expresamos nuestra militancia en el proceso de lucha por hacer avanzar el proyecto histórico del zapatismo.
1. Una reforma agraria que fortalezca la propiedad social, se rescate el espíritu y sentido que le dieron origen al artículo 27 Constitucional, y que el gobierno de Chiapas y la Secretaría de la Reforma Agraria resuelva el paquete agrario que demandamos las organizaciones campesinas.
2. Reactivación del campo, incrementando la inversión pública, fomentando la investigación agroforestal y políticas justas de financiamiento para los productores rurales, se promueva el aprovechamiento colectivo y sustentable de los recursos naturales y se revierta el proceso de privatización y concesionamiento del patrimonio de nuestro suelo y subsuelo.
3. Garantice la soberanía y la seguridad alimentaria, im pulsando procesos orgánicos y sustentables en la producción y en el consumo dando prioridad al derecho a la alimentación de las personas.
4. Que se cumplan los Acuerdos de San Andrés y se tomen medidas y políticas públicas para la construcción de una verdadera paz con justicia y dignidad.
5. Que se instrumente una política social que contemple el respeto a la madre naturaleza y al medio ambiente: ¡El agua y toda la naturaleza ya no debe seguir siendo tratada como mercancía! Son urgentes políticas públicas que reactiven la economía local y familiar con visión de sustentabilidad.
6. Que CFE y PEMEX paguen impuesto predial por las tierras que tienen ocupadas, que el Congreso de la Unión acuerde tarifas preferenciales para los chiapanecos y se garantice el servicio de energía eléctrica a toda la población.
7. Que garantice las libertades políticas, democráticas, los derechos humanos y que cese la criminalización de la protesta, la movilización y las ideas.
8. Que sean inmediatamente liberados todos los compañeros y compañeras encarceladas por problemas sociales, políticos y económicos.
9. Que la Secretaría de la Función Pública Federal y el Congreso de la Unión investiguen el endeudamiento del estado de Chiapas, se esclarezca el destino de esos recursos y se castigue en su caso, a los responsables del manejo del erario público en el estado.
10. Que se cancelen las concesiones otorgadas a las empresas mineras en el estado de Chiapas.
A nuestros compañeros y compañeras de las organizaciones del estado les manifestamos que:
Ninguna lucha está por demás para rescatar a nuestro país de las manos de los dueños del capital, por eso los exhortamos a participar en la construcción de un proyecto alternativo al de los gobiernos de la derecha mexicana.
Los convocamos para seguir haciendo esfuerzos por la construcción de la unidad del movimiento y de nuestras organizaciones, con base en el reconocimiento de que somos hombres y mujeres libres para tomar las decisiones que convengan a la sociedad chiapaneca. Esta nueva unidad es urgente y necesaria para detener y cambiar las políticas neoliberales a través de la movilización del pueblo organizado, que solo uniendo nuestras voces y nuestro pensamiento lograremos.
Compañeros y compañeras, hoy 10 de Abril de 2012 les hacemos un respetuoso y solidario llamado a impulsar la lucha por la dignidad de nuestros derechos; a promover desde abajo una revolución pacífica para rescatar el campo mexicano y nuestra soberanía nacional. Por ello, el Proyecto de Nación que encabeza Andrés Manuel López Obrador reúne las condiciones políticas para cumplir en gran medida nuestras demandas de las organizaciones sociales.
Por último, manifestamos nuestro rechazo a la política sabinista que traicionó el movimiento social de izquierda social convirtiéndose en el gobernador que más dirigentes campesinos, indígenas, maestros, y ciudadanos ha encarcelado por motivos políticos; Por eso este 10 de ABRIL EXIGIMOS la libertad de los PRESOS POLÍTICOS en Chiapas. Solución a las demandas incumplidas.
Organizaciones firmantes:
FOSICH,COOPCAFE,TOTIKES-ANEC, OCEZ-CNPA-CHIAPAS, FIECH,IPROCECH,IMPULSO POR CHIAPAS,UNORCA,MAIZ,CODUC,MAS SALUD,OCEZ-CNPA-MLN,OPEZ-MLN,COCYP,UCP,SENTIMIENTOS DE LA NACION,OCEZ CARRANZA,FRENTE CAMPESINO Y POPULAR DE CHIAPAS, UGCP,CNPA-CHIAPAS,RAP,MAS PAIZ,AGROINDUSTRIAL PAJAL,COSPECH,MOSOL, FRENTE DE LUCHA POPULAR 29 DE FEBRERO HUIXTAN.
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