martes, 30 de octubre de 2012

Premisas que pudieran orientar un buen ejercicio municipal…




Por Eleazar Domínguez Torres (*)


Bajo el análisis que define al municipio: “como hecho objetivo, (su población, su territorio y su gobierno) como objeto de derecho (su composición jurídica) y como sujeto de derecho (de organización política, administrativa y territorial, como una institución que podemos analizar como objeto de derechos y obligaciones,  que produce efectos jurídicos, esto es, crea, modifica, transmite o extingue derechos y obligaciones”) (1).
Por ello es necesario entender que quienes gobiernan para el caso de Chiapas los 122 ayuntamientos son un gobierno que deriva como resultado del proceso electoral, que fueron elegidos bajo la modalidad del voto universal libre y secreto, cuyos electores independientemente del partido que los postuló, ganaron la confianza para representarlos en los ayuntamientos, por lo tanto quienes hoy representan la organización política, administrativa y territorial durante la toma de protesta juramentaron la observancia y el cumplimiento de las leyes, la General de la República, la Local, así como la Ley Orgánica Municipal.
Es necesario precisar que casi nunca se cumplen dichos ordenamientos lo que deriva en la generación de acciones proclives para la desestabilización, las cuales pasan desapercibidas por el H. Congreso del Estado de Chiapas, quienes si bien es cierto tienen el marco jurídico referencial para la desaparición de los poderes municipales, pocas veces o quizás nunca echan mano de las leyes que fueron creadas  para retornar la paz, la tranquilidad y la legalidad.
Porque para los diputados locales, les es más fácil, que las autoridades municipales que fueron elegidas tengan su protección y cobijo bajo ciertos acuerdos y prebendas que privilegiar el retorno de la legalidad y de la gobernabilidad. Nunca he sabido y mucho menos la sociedad conoce que un legislador de mayoría relativa, es decir propietario del Distrito que representa asuma una actitud de interlocución de sus representados para conciliar o pactar soluciones que atañen a determinado municipio.
Bajo mi experiencia como reportero de la fuente legislativa para varios medios de comunicación he tenido que compartir el coraje de ciudadanos que llegan a buscar a determinado diputado y la secretaria les responde: “El diputado no dará audiencias este día”, cuando muchos de ellos vienen de comunidades muy apartadas y distantes para encontrarse esa primer negativa de dialogar con su representante, a lo que la mayoría de las veces responden: “si venimos a buscarlo hasta este lugar es porque nunca va al Distrito como nos lo prometió durante la campaña”.
¿Qué plantea la ley y específicamente el artículo 115 relativo a la desaparición de poderes municipales?
Si bien es cierto el artículo 115 constitucional faculta a las legislaturas estatales para resolver conforme a derecho este tema, la mayoría de las veces no intervienen generando con ello una omisión que en la mayoría de las veces termina en confrontaciones entre la ciudadanía y su gobierno municipal cuando los primeros exigen el cumplimiento de un Plan de Desarrollo Municipal acorde a sus necesidades y los segundos prefieren  hacerse los desentendidos.
Claramente el artículo 115 Constitucional, define los conceptos jurídicos y normativos del municipio como la base fundamental y piramidal de gobierno, facultándole cierta autonomía no debe de olvidarse que también son sujetos de derechos, y que están bajo la observancia de la ley.
Debe recordarse que exclusivamente en  la LVIII Legislatura Local del H. Congreso del Estado  de Chiapas, siendo presidente de la Gran Comisión, el diputado Francisco Sau Lara y gobernador del estado; Julio César Ruiz Ferro, de 1994 a 1995, de los 111 municipios existentes en esa fecha el 50 por ciento de los municipios se convirtieron en Consejos Municipales, cuya medida fue adoptada para evitar que la ingobernabilidad que trascendía en los mismos pudiera afectar la estabilidad estatal.
Aún recuerdo cuando en el municipio de Villacorzo cubrí para el Periódico Nuevo Péndulo de Chiapas, dirigido por Noé Farrera Morales el plebiscito que se realizó en el auditorio municipal para designar a Robertoni Pereyra Balcazar, como Presidente del Consejo Municipal, habiendo designado el Congreso del Estado al en ese entonces diputado plurinominal perredista; Horacio Culebro Borrayas  para representar en el escrutinio y cómputo a la parte inconforme quien gano la estafeta del Consejo Municipal representado por Pereyra Balcazar.
Por ello este trabajo, visto desde mi perspectiva ocupacional; al tiempo de analizar las debilidades y las carencias de un gobierno municipal,  plantea mecanismos sujetos a la adopción de las propias autoridades municipales, verbigracia: si no conocemos nuestro cuerpo humano difícilmente podemos elaborar un diagnóstico que  permita una evaluación e involución del mismo.
En este sentido el cabildo municipal necesita saber con cuanto cuenta, su techo financiero basado en la ley de ingresos y egresos de la federación y el estado para presupuestar las estimaciones reales que le permitan llevar la obra pública a sus comunidades y cabecera municipal, caso contrario si no conoce con lo que cuenta, difícilmente tendrá un diagnóstico sustentado en las metodologías de la investigación, ni mucho menos, de cómo atacar las necesidades y carencias demandadas por la población.
Además tiene que hacer pública la información de todos y cada uno de los recursos con los que cuenta, tanto humanos y materiales, ya que si bien es cierto los ediles tienen la obligación de transparentar su ejercicio mediante la Ley de Acceso a la Información, no todos cumplen con dicho ordenamiento, ya que se ha detectado que tampoco mantienen actualizada la información de sus portales de internet.
Lo que genera no sólo desconfianza en el uso y en el manejo de los recursos públicos,  sino hasta inconformidad ciudadana, que en la mayoría de los casos si no se encauza conforme al derecho de petición y asociación puede traducirse en violencia.
Uno de los retos y compromisos que debieran asumir los presidentes municipales junto a su cabildo son la búsqueda de alternativas que permitan la obtención de recursos adicionales sin la necesidad de recurrir a endeudamientos pasados por la aprobación del Congreso del Estado, toda vez que si bien es cierto permiten momentáneamente resolver los pasivos y el déficit financiero generan mayores problemas que pudieran convertir al municipio en un foco rojo, derivado de su problemática, económica, política y social.
Por lo tanto la Comisión de Hacienda y Vigilancia del H. Congreso del Estado de Chiapas, más que cumplir un papel coercitivo para la obtención de los informes de la cuenta pública municipal junto con el Órgano Superior de Fiscalización debieran estimular el ejercicio del buen gobierno municipal  que permita la aplicación de las partidas presupuestales en sus diferentes rubros y programas, al tiempo que evalúe y emita criterios para corregir las debilidades y fortalecer lo bien hecho.
De tal suerte que la intervención de la Comisión de Hacienda, así como de Vigilancia del H. Congreso del Estado de Chiapas como del OSF se conviertan también en herramientas facilitadoras que perfeccionen el manejo de los recursos públicos,  y no meramente como juzgadores del mal manejo de los mismos.
De ser necesario, se  debe orientar a los munícipes la contratación de despachos y prestadores de servicios calificados, que capaciten, diagnostiquen y evalúen trimestral o semestralmente el ejercicio de su programa de gobierno, el manejo de los recursos federales y estatales, como los recursos adicionales para su correcta aplicación, bajo estímulos y reconocimientos públicos, lo que indiscutiblemente permitirá un mayor involucramiento del municipio como ente jurídico y administrativo haciéndolo más funcional.
En tal virtud se entiende que la única manera de hacer más eficiente el ejercicio de gobierno es también con el involucramiento directo de la sociedad, es decir de sus gobernados para que las obras y programas sociales de desarrollo no se apliquen de manera caprichosa por la determinación del edil y de sus regidores, ya que en ocasiones se privilegian  intereses personales o de grupo-(partidistas)- cuyas decisiones desfavorecen a amplios sectores de la ciudadanía.
¿Cómo se puede asegurar una mayor participación de la sociedad gobernada?
Bajo mi perspectiva, uno de los mayores ejes fundamentales tienen sustentarse en la gobernabilidad, y en la medida que Ayuntamiento Municipal capitalice la inconformidad ciudadana en mesas de atención y diálogo, buscándole alternativas de solución y de ser necesario aprendiendo a tocar puertas en compañía de los inconformes en el gobierno federal como el estatal,  brindará confianza a sus gobernados que se está haciendo lo correcto, y de la misma manera debe concientizar a los mismos que tienen que sujetarse a los espacios y tiempos marcados por el gobierno federal y estatal para la liberación de los recursos.
El uso de la fuerza pública municipal para acallar y desmantelar la protesta ciudadana sin haber agotado todos los mecanismos de diálogo y concertación también pueden ser un factor de riesgo que puede convertir un conflicto territorial en extraterritorial.
Cuando un edil se esconde a piedra y lodo de sus gobernados designando a funcionarios que no tienen capacidad resolutiva y que solo ofrecen consultarlo para una respuesta posterior, está abonando a que conflictos que pudieron ser menores se hagan mayores. Bajo esta premisa es necesario destacar que si una marcha o un plantón se traslada en este caso a Tuxtla Gutiérrez donde se encuentran los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, no tendría razón de ser si el Presidente Municipal y su cabildo buscan desde su lugar de origen una solución pactada a los conflictos sociales.
Es decir; en la medida que los presidentes municipales tengan capacidad para responder a sus gobernados conforme lo marca el derecho de petición y el derecho de asociación, estos, pueden convertirse en un modelo de gobierno a seguir.
Mención aparte debe ser en este apartado el papel de las Delegaciones  del Gobierno del estado de Chiapas, cuyos delegados o servidores públicos, debieran también de contribuir y apoyar en la gobernabilidad municipal.
Sin embargo es menester dejar asentado que en la mayoría de las veces los delegados de gobierno, quienes supuestamente han sido designados para ciertas delimitaciones territoriales no cumplen su función, esconden y ocultan la información debida a la secretaría General de Gobierno de la inconformidad que se suscita en los municipios.
Cuando las delegaciones o mejor dicho los delegados de gobierno mantienen compromisos políticos y compadrazgos con los ediles la información no fluye con veracidad, de tal suerte que cuando grupos de inconformes llegan a Palacio de Gobierno, o al Congreso del Estado nuevamente tienen que plantear su problemática, cuando se entiende que esta ya debería estar tarjeteada y vinculada a ciertas dependencias para su solución.
Lo que complica y obliga a hacer más tardado un posible acuerdo, lo que necesariamente lleva a los inconformes a adoptar otras medidas (bloqueos carreteros, retención de funcionarios y servidores públicos) que más  solucionar sus demandas, las hace más difíciles, por citar un ejemplo si primeramente se luchaba por la liberación de los recursos del Fondo de Inversión Social para beneficiar a un barrio o comunidad, luego tienen que luchar por la libertad de sus presos, aunque la causa y el origen de su lucha haya sido motivada por un hecho de justicia social.
Otro de los aspectos torales que inciden en la ingobernabilidad, son la mala relación que el edil tenga con su sindico, su tesorero, su director de obras y fundamentalmente con sus regidores propietarios o plurinominales, no hay que olvidar que son los regidores donde descansa la representación política tanto de la fuerza gobernante como de los partidos políticos que participaron en el proceso electoral inmediato anterior, cuya fortaleza o debilidad política puede estar sujeta a la capacidad o incapacidad de quien en todo caso representa la estafeta territorial.
Al tiempo que deben aprovecharse el uso correcto de las tecnologías de la información para utilizarlas como herramientas necesarias que vinculen el ejercicio del gobierno municipal con la ciudadanía mediante la instrumentación de gacetas que más que publicitar la figura del edil y de su cuerpo edilicio permita periódicamente mantener informado a los ciudadanos del destino y el manejo de los recursos públicos, al igual que se patrocinen las actividades cívico culturales del municipio para lograr una mayor identidad entre gobernante y gobernados.
Así como la realización de foros y consultas municipalistas para la discusión y análisis de temas relacionados con la problemática urbana y ambiental y de ser necesario solicitar el concurso y la participación de los ediles correspondientes al Distrito para la realización de acuerdos intermunicipales como delimitar el funcionamiento de los rellenos sanitarios(basureros), la construcción de clínicas , escuelas del nivel superior y otros que merezcan el concurso de la participación ciudadana de los municipios correspondientes al Distrito.
La realización de las consultas ciudadanas en temas torales como la Ley Seca, la seguridad, el alumbrado público, obras de infraestructura urbana y rural como la distribución de programas sociales, debiera adoptarse por los ediles como una medida necesaria para evaluar el comportamiento de sus gobernados.
Otro de los puntos que deben de estar en la mesa de la discusión para un buen gobierno municipal debería ser el hecho de permitir que la ciudadanía evalúe el funcionamiento de los funcionarios y servidores públicos, que muchas veces son colocados en el puesto o en el encargo por el pago de facturas políticas que por sus conocimientos y capacidades profesionales.
Los puestos administrativos de un ayuntamiento durante los primeros 100 días de gobierno debieran ser sujetos a una compulsa ciudadana, pudiera ser más sano y más barato darle las gracias  a un funcionario que ya demostró su incapacidad para las funciones que  le fueron encomendadas que mantenerlo en el puesto. Y en tal virtud el cabildo municipal debiera de calificar y certificar a sus funcionarios evitando con ello todo síntoma de ingobernabilidad.
El caso del Secretario Municipal que es el enlace directo entre el pueblo y su presidente municipal si atiende mal a la ciudadanía no dirán los inconformes que fue el Secretario Municipal, y el presidente tendrá que cargar con la culpa de su representante administrativo.
(1)elrincondelvago.com
(*) Ha trabajado y colaborado para diversos medios en él estado de Chiapas, cubriendo la fuente política, y su actividad se vincula al periodismo social y de denuncia. Actualmente dirige el blog: www.vozentupalabra.blogspot.com
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